Las franquicias tienen fama de ser las principales creadoras de trabajo precario y sin futuro. ¿Mito o realidad?

Pero no sólo McDonald's suele asociarse con el trabajo precario. De hecho, la "mcdonaldización laboral" parece extenderse, en la mentalidad popular, a todos los negocios que funcionan bajo el modelo de franquicias.
¿Cuánto hay de cierto en el prejuicio? ¿Mito o realidad?
Esto es lo que se propone develar una investigación conjunta entre el profesor de Wharton, Peter Capelli y la profesora del Instituto de Empresa, Monika Hamori, una colaboradora de MATERIABIZ.
A través de un análisis comparativo entre firmas de la misma industria donde algunas funcionaban como franquicias y otras bajo el modelo tradicional, estos profesores descubrieron que los empleados de las franquicias disfrutaban de mejores condiciones que sus equivalentes.
Por un lado, las franquicias pagan mejores salarios. Por el otro, ofrecen mayores oportunidades de capacitación. McDonald's, por ejemplo, implementa un programa donde los empleados de todos sus locales deben atravesar por un mismo proceso de capacitación según prácticas estandarizadas.
"Pero claro", objetará alguno: "aprender a cocinar papas fritas o conocer las proporciones exactas de ingredientes del Big Mac no son precisamente habilidades que puedan servirle al empleado para un desarrollo ulterior de su carrera profesional".
Así, la inevitable (y apresurada) conclusión afirma que el trabajo en las

Y, según los investigadores, si se comparan correctamente las alternativas, las franquicias suelen ofrecer mejores condiciones laborales.
Así, advierten, lo que parece determinar la vinculación popular entre franquicias y trabajo basura no es el carácter de franquicia sino la clase de negocios que suelen ser franquiciados. En efecto, las franquicias son más frecuentes en empresas de pocos empleados, escasos recursos y mercados donde el talento no suele ser la clave de la competitividad.
Así, suelen no existen las capacidades (o incentivos) para invertir en salarios demasiados elevados o capacitación de la mano de obra. En otras palabras, no hay incentivos para la retención y desarrollo del talento más que los incentivos que suelen existir en el parripollo de la esquina.
De la redacción de MATERIABIZ
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